El mercado laboral se encuentra en continuo cambio y evolución. Los hábitos, valores y necesidades de las nuevas generaciones de empleados están modificando las dinámicas laborales y la manera de atraer y retener el talento.

Las empresas y los trabajadores deben saber adaptarse a un entorno cada vez más cambiante e incierto que demanda grandes dosis de flexibilidad tanto por parte de los directivos como del personal.

Con el fin de hacernos una idea de cuáles son las características de este mercado laboral, en Sodexo hemos elaborado un informe que muestra las 7 tendencias globales que caracterizan el lugar de trabajo en la actualidad. El informe ha sido creado en base a la opinión, conocimiento y experiencia de una veintena de expertos en el mercado laboral, que proceden de diferentes partes del mundo y que incluyen emprendedores, psicólogos organizacionales, expertos en tecnología e investigadores sociales, entre otros.

La generación Z que viene

El año 2017 fue el primero que incorporó de pleno la generación Z al mercado laboral. Esta fuerza de empleo, que agrupa a los nacidos entre 1995 y 2012, está formada por trabajadores dinámicos que se consideran a sí mismos más empleables que empleados. En comparación con los millennials, la generación Z posee unas expectativas diferentes en relación a la tecnología, ya que son auténticos nativos tecnológicos. Más que un equilibrio entre la vida personal y la profesional, estos jóvenes prefieren una mezcla que les satisfaga y les permita sacar al máximo su talento tanto en la esfera privada como laboral.

Aun así, el mercado laboral se enfrenta a los desafíos asociados a la integración de un grupo de edad nuevo en una plantilla con franjas de edad diversas. Los empleados de la Generación Z, que en el año 2020 representarán ya el 20% de la fuerza de trabajo, son autodidactas, creativos e impacientes. En el trabajo, valoran la conciliación, la cultura empresarial y los horarios flexibles. El hecho de haber nacido la mayoría de ellos en una época de recesión económica hace que muchos piensen que tendrán que trabajar más que sus padres para adquirir un nivel de vida similar. A la hora de orientar sus carreras laborales, la independencia, la tecnología y el post materialismo son sus principales preocupaciones.

La generación Z que viene

El Internet de las cosas en el lugar de trabajo del futuro

Nos encontramos en un entorno en progreso constante y, por ello, cada vez más organizaciones se preguntan cómo incidirá la tecnología futura en sus operaciones. El internet de las cosas (o IoT, por sus siglas en inglés) ofrece mejoras inmediatas a la experiencia del empleado si se compara con la mayoría de desarrollos tecnológicos.

Estos avances incluyen desde una organización más óptima del trabajo hasta una gestión inteligente de las instalaciones que favorezca la productividad de la organización. El internet de las cosas está influyendo en aspectos tan distintos como la gestión de datos, la creación de nuevos modelos de negocio y el acceso a la conexión en lugares remotos.

Pero, ¿qué tipos de soluciones IoT pueden funcionar en el lugar de trabajo? Algunos ejemplos serían:
  • Conectar y comunicar miles de dispositivos para aprovechar al máximo sus aplicaciones.
  • Las empresas tienen acceso a una enorme cantidad de información que generarán todos estos dispositivos conectados.
  • Esta recopilación de información facilita la identificación de patrones en la actividad, mejorando los niveles de producción.
  • Las soluciones inteligentes pueden aumentar la seguridad física de un edificio así como su sostenibilidad y eficiencia medioambiental.
  • El internet de las cosas también permite a las empresas transformarse y generar nuevos modelos de negocio.

Sin embargo, tal y como ocurre con todas las nuevas tecnologías, el internet de las cosas preocupa tanto a empresarios como a empleados por temas relacionados con la privacidad o las amenazas de seguridad. Las organizaciones que deciden implementar soluciones IoT deben hacerlo de forma inteligente, involucrando al trabajador y teniendo en cuenta las aportaciones durante todo el proceso.

El Internet de las cosas en el lugar de trabajo del futuro

Creación de un lugar de trabajo emocionalmente inteligente

Podríamos decir que nuestras vidas son un caleidoscopio que contiene unas 500 experiencias emocionales al día. Puede que solo seamos conscientes de una ínfima parte de ellas, pero aportan matices a cada una de nuestras interacciones con nuestro entorno. Teniendo esto en cuenta, somos conscientes de que necesitamos identificar y gestionar estas emociones en el lugar de trabajo.

La inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad clave para las organizaciones y para los líderes.

Los principales pilares de la inteligencia emocional son:
  • Autoconocimiento: es la capacidad de conocer cómo las emociones funcionan en uno mismo. Si sabemos esto, sabremos cómo, por qué y cuánto nos afectan, qué situaciones las provocan y cómo evitar que emociones como el estrés o la frustración nos impidan realizar nuestro trabajo.
  • Autocontrol: una vez que una persona se conoce a sí misma, puede controlarse, pero no al revés. Por eso el autoconocimiento es previo al autocontrol.
  • Automotivación: cuando somos capaces de gestionar las emociones que experimenta nuestro cuerpo, podremos potenciar aquellas más positivas como motivación, pasión o ilusión.
  • Empatía: la empatía implica saber qué sienten otras personas y conocer cómo les afecta una emoción determinada. Si una persona no sabe identificar sus propias emociones, difícilmente podrá detectar las de los demás.
  • Gestión social: implica ayudar a otras personas a gestionar sus emociones dolorosas y ayudarles a potenciar sus emociones placenteras, motivándoles.

Por tanto, es indispensable que las personas puedan expresar sus emociones también en el lugar de trabajo de una forma constructiva. Y que los directivos y líderes sepan gestionar esas emociones y generar una buena comunicación emocional interpersonal con sus equipos.

Creación de un lugar de trabajo emocionalmente inteligente

Reinvención de recursos en la economía colaborativa

Tras el periodo de crisis económica iniciado en el año 2008, tanto los empleados como las empresas que se enfrentan a una reinvención del uso de sus recursos. Como resultado, han aparecido conceptos como la economía colaborativa, que huye del concepto de propiedad tradicional para fomentar una eficiencia máxima de los equipos de trabajo.

En la práctica, la economía colaborativa se ha traducido en un aumento del trabajo autónomo, así como en el frecuente uso compartido de recursos materiales como oficinas y equipamiento. Esto representa una oportunidad sin precedentes para organizaciones y empleados y las ventajas son múltiples: desde una mayor agilidad para las empresas hasta un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal que redunda positivamente en la satisfacción de los empleados.

Sin embargo, los trabajadores y las empresas que participan en un sistema de economía colaborativa se enfrentan también a varios desafíos. Los empleados están abiertos a la explotación mientras que las organizaciones son vulnerables a los riesgos asociados a los recursos compartidos. A pesar de estas desventajas, es evidente que este tipo de economía ha venido para quedarse y las organizaciones más progresistas están redefiniendo sus modelos de negocio para aprovechar sus numerosos beneficios.

Entre las ventajas de la economía colaborativa podemos destacar:
  • Menos dinero: los productos o servicios que se ofrecen en este tipo de plataformas tienen un coste menor que los adquiridos o contratados de manera tradicional.
  • Cuidado del medio ambiente: las plataformas que fomentan el transporte colectivo contribuyen a reducir las emisiones de CO2.
  • Ayuda a emprender: la economía colaborativa ha impulsado a muchos emprendedores a crear su propia empresa. Además, sistemas como el ‘crowdfunding’ –método colaborativo de financiación de proyectos– han ayudado a sacar adelante ideas que de otra forma no hubieran logrado nunca la subvención necesaria.
  • Más para elegir: los consumidores tienen acceso a alternativas que, de no haber sido por las plataformas de economía colaborativa, no habrían tenido cabida para ellos.
  • El ‘human factor’: la economía colaborativa aviva las relaciones sociales, el diálogo y la solidaridad.

Reinvención de recursos en la economía colaborativa

El equilibrio entre sexos

Desde hace relativamente poco, la esfera empresarial se ha centrado directamente en la mejora de la diversidad en el lugar de trabajo, especialmente en lo referente a la cuestión de la desigualdad de género en los equipos. Las organizaciones de hoy en día deben infundir un sentimiento verdadero de pertenencia e inclusión en ambos géneros.

Aquellas empresas que quieran superar el desequilibrio de género deben analizar en primer lugar las barreras que frenan a las mujeres: prejuicios, condiciones laborales diferentes, falta de programas de conciliación familiar, discriminación en el lugar de trabajo, etc. Tras identificar estas barreras, el primer paso consiste en desarrollar la estrategia necesaria para avanzar en la creación de un lugar de trabajo sensible a la cuestión de la igualdad de género, en el que cada empleado y empleada sientan que se valora y agradece su singularidad.

La única forma de avanzar en este camino reside en una transformación cultural, que no resultará sencilla, pero en la que los líderes inclusivos podrán ayudar a implementar este cambio tan necesario.

El equilibrio entre sexos

Gestión del capital humano 3.0

Aunque las nuevas tecnologías han aportado a las empresas importantes beneficios, la complejidad del lugar de trabajo sigue aumentando y los niveles globales de implicación del empleado permanecen bajos. A medida que las organizaciones buscan formas de simplificar las interacciones y reducir la sobrecarga laboral, la experiencia del empleado ha adquirido gran importancia como un área clave para su mejora.

Por ello, la gestión del capital humano aparece, cada vez más, como la solución a esta cuestión. Esta gestión está compuesta por una amplia categoría de funciones clave en la trayectoria del empleado. Ahora, la gestión del capital humano 3.0 ofrece un nuevo nivel de innovación disruptiva basada en la arquitectura de elección y en una filosofía de experiencia integrada y compleja. El capital humano 3.0 conjuga las nuevas tecnologías con la gestión de recursos humanos y los empleados. Su finalidad es gestionar y dirigir capital humano y talento en un entorno adaptado a las nuevas tecnologías de la era digital.

Este concepto ha implicado un profundo cambio en la concepción de la dirección y gestión de las personas. Implica olvidarse de los puestos de trabajo como un conjunto de acciones a cumplir. Ya no hay puestos de trabajo con estas o aquellas funciones a realizar. Lo que hay son personas con habilidades y competencias que puedan realizar los cometidos de la organización y que posean la versatilidad de adaptarse a nuevas funciones y cambios porque tienen habilidades para ello.

Para gestionar estos equipos, hay que tener en cuenta:
  • Diversidad: buscar nacionalidades, opiniones de personas diferentes que logren ideas brillantes y creativas.
  • Compromiso: las empresas tienen que lograr implicar emocionalmente a sus equipos para garantizar el sentido de pertenencia y la eficacia y productividad.
  • Armonía: lograr que los profesionales se sientan felices en su vida personal, familiar y profesional.
  • Confianza: las empresas deben confiar en el trabajo de profesionales aunque estos no estén físicamente en la oficina.
Gestión del capital humano 3.0

Los empleados como nuevos agentes de cambio para la RSC

Para alcanzar el éxito en el mundo empresarial actual, las organizaciones deben involucrarse en otros aspectos más allá del económico. Deben convertirse en actores del cambio en lo referente a problemas sociales y medioambientales a gran escala. Además, los empleados también esperan cada vez más que los empresarios actúen con responsabilidad y ellos mismos actúan muchas veces como férreos defensores y agentes del cambio.

Las empresas con perspectivas progresistas entienden la necesidad de hacer partícipes a sus empleados de los problemas globales. Los programas de responsabilidad social corporativa constituyen una parte importante de la ecuación, al igual que los esfuerzos por descentralizar la responsabilidad corporativa, de forma que se reparta de forma transversal a través de todo el tejido empresarial.

Un buen modelo de responsabilidad social debe integrar las preocupaciones sociales y ambientales en las propias operaciones y en las relaciones con sus grupos de interés.
  • La responsabilidad social corporativa es la clave para mantener la capacidad de operar, innovar y crecer en las organizaciones.
  • Hay que potenciar la gestión de valores desde la empresa, pero con el respeto a la iniciativa propia de los empleados y apoyándoles en sus sugerencias e iniciativas sociales.
  • Los empleados necesitan creer y estar orgullosos de su empresa y de su trabajo.
  • La RSC en el ADN de los empleados permite trabajar importantes cambios a largo plazo de percepciones basada en hechos.

A pesar de las aspiraciones de conseguir buenos resultados mediante acciones éticas, muchas empresas se enfrentan a una crisis de desconfianza por parte de sus empleados y del mercado global. Teniendo esto en mente, las empresas deben hacer, en primer lugar, un ejercicio de introspección, volver a comprender el significado del verdadero liderazgo y recuperar la confianza de sus empleados con el fin de comenzar a construir un futuro mejor para todos.

Gestión del capital humano 3.0
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Las 7 tendencias globales en el lugar de trabajo

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