El año 2017 fue el primero que incorporó de pleno la generación Z al mercado laboral. Esta fuerza de empleo, que agrupa a los nacidos entre 1995 y 2012, está formada por trabajadores dinámicos que se consideran a sí mismos más empleables que empleados. En comparación con los millennials, la generación Z posee unas expectativas diferentes en relación a la tecnología, ya que son auténticos nativos tecnológicos. Más que un equilibrio entre la vida personal y la profesional, estos jóvenes prefieren una mezcla que les satisfaga y les permita sacar al máximo su talento tanto en la esfera privada como laboral.
Aun así, el mercado laboral se enfrenta a los desafíos asociados a la integración de un grupo de edad nuevo en una plantilla con franjas de edad diversas. Los empleados de la Generación Z, que en el año 2020 representarán ya el 20% de la fuerza de trabajo, son autodidactas, creativos e impacientes. En el trabajo, valoran la conciliación, la cultura empresarial y los horarios flexibles. El hecho de haber nacido la mayoría de ellos en una época de recesión económica hace que muchos piensen que tendrán que trabajar más que sus padres para adquirir un nivel de vida similar. A la hora de orientar sus carreras laborales, la independencia, la tecnología y el post materialismo son sus principales preocupaciones.